quinta-feira, 11 de setembro de 2008

LP HEITOR VILLA LOBOS CHOROS DE CAMARA 1977



LP HEITOR VILLA LOBOS CHOROS DE CAMARA

1977

KUARUP PRODUÇOES

Banco do Brasil


Universalmente aclamado, Heitor Villa-Lobos es un artista esencialmente brasileño, reconocido como expresión de genialidad en el género musical al cual se dedicó - la música brasileña erudita.

Al editar por primera vez la colección completa de los Choros de Câmara, un de ellos, todavía inédito, el Banco do Brasil se orgulla de rendir un tributo a este músico que siempre presentó lo mejor de Brasil al mundo.

VILLA-LOBOS Y SU EPOCA

la música brasileña cultivada como arte en las iglesias, teatros y salones, fue austríaca en la segunda mitad del siglo XVIII; italiana, francesa y alemana a lo largo del siglo XIX y comenzó a buscar su autonomía a principios dde este siglo, como natural consecuencia de otras independencias musicales proclamadas tardiamente en la vieja Europa: la española, la rusa, la checa, la noruega...

Río de Janeiro aún era la Capital del Imperio. Un imperio que sobreviviría sólo dos ãnos más al nacimiento de Villa-Lobos, en 1887. El país ya había vivido su consolidación nacional como reino, bajo el gobierno de las figuras contrastantes y sucessivas de dos monarcas: Pedro I - que después abdicó en favor de su hijo para ser Pedro IV en Portugal, y Pedro II, que si bien no fue - como su padre, el proclamador de la Independencia, sin duda fue el cimiento nacional que difinió la unidad de la patria y le dio fisonomía humana.

A Los doce años de edad, el carioca Héctor Villa-Lobos pasó por dos experiencias decisivas, una individual - perdió a su padre, Raúl Villa-Lobos, quien le dio las primeras enseñanzas musicales (violoncelo y clarinete), y otra de índole colectiva, nacional: se conmemoraban los diez años de la Proclamación de la República. Ya para esa época, el sentimiento nacional del pequeño Héctor era mucho más profundo que el que podían provocar una efeméride y sus conmemoraciones, aunque contribuyeron para aumentar su orgullo y los deseos de conocer mejor la tan celebrada inmesidad del suelo patrio.

Noêmia Villa-Lobos - madre del compositor - se encargó de darle continuidad a los estudios del joven - principalmente a los musicales - iniciados por el padre violoncelista, en los que se evindeciaban una curiosidad intensa y empezaba a expandirse hacia otros tipos de instrumentos. Ese interese trascendente, lo llevaría a lanzar la música como fenómeno humano y nacional.

Noêmia sabía también como profesora que era, que el talento de su hijo, que ya tocaba varios instrumentos y componía, exigía una aproximación mayor con el arte musical consagrado, con la música de los maestros, como siempre se decía. Por eso, le dio al adolescente, a costa de sacrificios muy grandes, los medios para aproximarse a esa música a través del conocimiento de partituras que estudió solo, con ansias de asimilación, compresión y dominio. Al mismo tiempo, como era necesario ganarse la vida, tocaba violoncelo en pequeñas orquertas. Tocar de todo, según los gustos de la época, centrados en la ópera y las operetas.

La actividad profesional, aparte de las obligaciones cotidianas, lo llevaba también a la convivencia feliz y despreocupada con los músicos bohemios de Río de Janeiro. En esos tiempos, se formaban grupos conocidos bajo el nombre de "chorões", dedicados a un tipo de música denominado "choro", a través del cual se traslucían la poesía y el sentimiento de un  romanticismo básicamente tristón y quejumbroso. Lo que más gustaba a los ejecutantes y oyentes de ese tipo de música era el carácter improvisativo, con la alternancia de respuestas y contrarrespuestas, tanto en las secuencias lentas, bien melódicas, cuanto en aquellas dominadas por el ritmo vivo, saltarín, a las que de daba el cariñoso diminutivo de "chorinho".

"Choros", "Chorinhos" y "Chorões", conforman el lado popular, produndamente nacional del temperamento artístico de Villa Lobos. Popular pero urbano, ciudadano, más exactamente carioca. A pesar del vinculo afectivo tan grande con Río, ya que aquí tuvo accesso, por información y por lo práctica a las dos fuentes de su formación estética básica: la música popular y la de los maestros consagrados, no pudo resistir al llamado, la orden imperiosa, para que incorporase a su universo estético un Brasil musical más acorde con el gigantesco Brasil geográfico. La fascinación de Amazónia, las leyendas indígenas, los ritmos negros de  Bahía y de Río, todo un panorama de la naturaleza y humanidad tipicamente brasileño, comienza a hacerlo sentir como un predestinado intérprete de este continente todavía tan poco conocido, tan poco sentido en su grandiosidad, en su exotismo. Lo entusiasmaba la obra misionera, integradora y pacificadora de Cândido Mariano da Silva Rondon, el futuro mariscal Rondon, con los indígenas de alto "sertão" y también el trabajo, la investigación etnográfica, el interés humanístico del científico Edgar Roquete Pinto, que registra cánticos tribales, algunos de los cuales aprovechará en obras vocales e instrumentales. Ejemplo de ello, entre los "Choros", son el Nº3, llamado "Picapau", basado en un tema de los indios Parecis, "Nozanina", para clarinete, sax alto, fagot, tres trompas, trombón y coro masculino, compuesto em São Paulo en 1925, el mismo año del "Choros" Nº5, "Alma Brasileira", para piano.

A parti de 1905, Villa Lobos se internó varias vezes por el "sertão", aldeas y poblados del Centro y Norte de Brasil. Después de esa experiencia, su lenguaje musical, camerístico o sinfónico, adquirió una rebeldía que incomodó a los círculos artísticos carioca y paulistas que como la mayoría de los círculos artísticos , aún los de los centros más desarrollados del mundo, no escondía sus tendencias conservadoras.

De los 14 "Choros", el Quinteto en forma de "choros" y el "Choro bis", sólo el primero, para guitarra, fue composto en 1942, cuando el músico participó en la histórica Semana de Arte Moderno en São Paulo. Esa participación era la manifiesta actitud de quien, internamente, a través de una serie de obras de varios tipos, sinfonias y conciertos, inclusive, se habia desprendido de los modelos tradicionale y mirando hacia afuera, respiraba el aire nuevo y más libre del impresionismo (Debussy murió apenas cuatro años antes, en 1918) y se deleitaba con la orquesta y la libertad de Stravinsky. Al año siguiente, 1923, nuestro músico llegaba a París, envuelto por una atmósfera febril de arte y creatividad, siendo él uno de los elementos más vivo y definidores de ese ambiente renovador.

Para la intelectualidad europea concentrada en París, Varese, Schmitt, Picasso, Leger, Falla, Stravinsky, Prokofieff, Artur Rubistein, el brasileño Héctor Villa Lobos no sólo era un músico nuevo, sino también el mensajero de un mundo nuevo, de una mentalidad colectiva muy poco conocida o mejor dicho, tan desconocida como la selva tropical que la cobijaba. Además, las cicatrices de la Primera Guerra Mundial, se cerraban más rápido en una de las capitales victoriosa del conflicto. La efervecencia creadora era optimista y a veces, irónica y jocosa: la centelleante alegría de los Seis - entre ellos, Darius Milhaud, que habia estado en el Brasil y se refería siempre con entusiasmo a nuestra música popular.

París, y en especial en aquel período, fue el tónico fortificante para el espíritu creador de nuestro Villa. Con seguridad, no se sentiría bien soportando el clima oprosivo, desgastante y enfermizo donde surgió el expresionismo introvertido, de letal melancolía, donde se produjo el mensaje asfixiante del último Mahler, de Schoenberg, de Alban Berg...Fue en aquél París de una semi Belle Epoque, en los años veinte, Que Villa Lobos desarrolló su imaginación con los "Choros", charlas informales, especialmente las camerísticas, que se hacían eco a través de una elaboración casi espontánea del sentimento popular de nuestra música, que tanto le hablaba al corazón, y mucho más estando tan lejos de la patria.

En la década del 30, iniciaría otra serie de gran importancia: las Bachianas Brasileiras, proclamando la universalidad de Bach a través de su posible naturalización en los trópicos. En los años 40, retomaría la composición de sinfonías, completando la décima segunda dos años antes de morir. Los cuartetos de cuerdas llegarían a diecisiete, el primero de 1915, el último de 1957, también el año de la última sinfonía.

El 17 de noviembre de 1957, a los setenta y dos años, moría en la misma ciudad que lo vio nacer, sua amada Río de Janeiro, dejando un patrimonio artístico, cualitatito y cuantitativo, poco común en este siglo. Tanto que sus compatriotas más familiarizados con la música, frecuentemente se sorprenden con la aparición de obras aún inéditas que el Museo Villa Lobos dirigido por la viuda del compositor, anualmente va dando a conocer a través conciertos y de la promoción anual de concursos a nivel internacional en torno a la multiforme obra del genial músico.

Con esta edición especial, "en la Tienda Cafe Con Che", se rinde homenaje al artista, en este 1977, a los noventa años de su nacimiento. Los "Choros", por su amplia significación en el concepto estético del maestro, participan tanto del universo villalobiano de las grandes masas sonoras, cuanto de las intimidades características contrarias a cualquer retórica. De ese Villa Lobos, íntimo y popular, se ocupa este programa, limitándose a los "Choros" de cámara.

Zito Baptista Filho

"CHORO" Género de música popular típicamente carioca

"SERTÃO" Región árida característica del Nordeste del Brasil

LADO A

CHOROS Nº 1 Turibio Santos

CHOROS Nº 2 Carlos Rato e Jose Botelho

CHOROS Nº 3 (PICA PAU) Paulo Moura, Jose Botelho...

CHOROS Nº 4 Zdenek Svab, Thomas Tritle...

CHOROS Nº 5 (ALMA BRASILEIRA) Murillo Santos

LADO B

CHOROS Nº 2 Murillo Santos

CHOROS Nº 7 (SETTIMINO) Carlos Rato, Paulo Moura, Giancarlo Pareschi, Hugo Tagnin, Mauro Tavares...

DOIS CHOROS (BIS) Giancarlo Pareschi, Watson Clis.


Tienda Cafe Con Che

Porque es Imprescindible Sueñar.

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